domingo, 4 de setembro de 2011

Maltrato, algo difícil de tragar

Me llama la atención en los últimos meses la cantidad de noticias relacionadas a malos tratos (físicos o psicológicos):


Hace unas semanas he leído el caso de una mujer que acuchilló el marido, que le pegaba y maltrataba psicológicamente, delante de sus dos hijos pequeños. Fue una reacción de desespero delante de la injusticia del maltrato. Yo entiendo esta mujer. Ser maltratada genera mucha tristeza, en un primer momento, y rabia, más adelante, y la reacción depende del (des) control de cada uno.

Ser maltratada supone un daño profundo. Primero, porque quien nunca ha tenido esta experiencia, sea como víctima o testigo, no entiende por qué le está pasando. Segundo, porque la persona que le está maltratando es alguien a quien se quiere.

El difícil, y uno puede no saber, reaccionar delante de un maltrato. Hay mucho miedo, porque está claro que estás lidiando con una persona agresiva. Dicen los especialistas que una persona maltratada psicológicamente tarda más tiempo para recuperarse que una persona maltratada físicamente.

Pero, y cómo se da el maltrato psicológico?

El maltratador empieza a criticar el otro por pequeñas cosas (siempre de forma despectiva), a cogerle manías tales como: por qué no te gusta el amarillo y sí el verde, por qué comes así, por qué bebes así, por qué usas esto? Empieza a mirarte de mala manera, a menospreciarte.

El perfil del maltratador? Generalmente (casi 100% de los casos) alguien que de niño ha sido víctima o testigo de malos tratos, alguien frustrado consigo mismo, alguien que no tiene empatía por el otro, alguien que incluso puede sentir invidia de la persona a quien maltrata.

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